El imperio Wari desarrolló un sistema de caminos, más tarde perfeccionado por los Incas, que comunicaba la mayoría del imperio. Los caminos que recorrimos entre Ayacucho y Cuzco, a través de impresionantes valles y montañas, están más cerca de este antiguo sistema de comunicación que de las carreteras modernas. Armados de paciencia, emprendimos el camino, hacía Andahuaylas, donde paramos a dormir y repostar. Las once horas de camino hasta Andahuaylas fueron largas, pero recorrimos montañas, valles y altiplanos totalmente espectaculares. Las once horas de camino fueron también suficientes para hacernos una idea de lo inmensa y aislada que es la zona, pero por desgracia resultó ser menos de la mitad del camino.
Al día siguiente, a bordo de Los Chanckas, y bajo el grandioso lema de “Nosotros sí cumplimos” iniciamos, con más dosis de paciencia, lo que debería haber sido la segunda y final parte de nuestro viaje a Cuzco. A las dos horas de viaje la chatarra en la que viajábamos se estropeo. Nuestros ineptos conductores, después de mucho tiempo enroscando y desenroscando tuercas, consiguieron hacer una chapucilla que volvió a poner en marcha el bus y se dispusieron a atravesar, valles y barrancos, satisfechos de que el autobús ya estaba en condiciones. Nuestro sentido del riesgo se disparó y decidimos quedarnos en tierra después de una acalorada discusión con los conductores que no lograban entender nuestra preocupación. Dos horas de espera dieron resultados, y pronto nos vimos a bordo de un nuevo autobús que nos llevaría hasta Abancay, a 4 horas de distancia, donde podríamos repostar antes de continuar, una vez más nuestro viaje a Cusco. El pequeño inconveniente resultó ser que el autobús iba completamente lleno y Matthew tuvo que realizar el trayecto de pie mientras que a mi me cedieron el puesto en la cabina del conductor.
Después de esta experiencia, el resto del trayecto desde Abancay a Cuzco, nos pareció un juego de niños: el camino se convirtió en carretera, pudimos ir sentados, el autobús no se rompió en mitad de la carretera y duró solamente cuatro horas. ¡Todo un lujo! Por suerte, vamos a quedarnos un mes en Cuzco, así que no habrá más historias de autobuses por el momento.P.D. El autobús Los Chanckas parece que llegó sano y salvo a Cuzco.
Tuesday, 24 April 2007
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
1 comment:
http://blogs.elpais.com/diario_desde_irak/
Hola Almu te mando esta dirección del blog que es del bibliotecario de la Biblioteca Nacional de Irak, las penurias que pasan con la guerra.
Besos
Pinki
Post a Comment