
Mientras esperábamos el autobús hacia Tipón, recibimos la oferta de ir en coche particular con un grupo de gente que iba en la misma dirección. El resultado, siete adultos y una niña estrujados en un coche. Llegamos a Tipón con ganas de estirar las piernas, lo cuál no fue difícil dada la subida que nos esperaba hasta las ruinas. Las ruinas, un

Con tanta familia, tanto picnic y tanto cuy, los autobuses de vuelta a Cuzco hacían parecer a los de Pisac vacíos en comparación. En estas circunstancias, aceptamos la oferta de volver a Cuzco en coche particular. ¿Siete adultos y niño parecían mucho a la ida? A la vuelta conseguimos meter diez adultos y un niño… ¿alguien da más?
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