Friday 2 March 2007

Siem Reap – Las joyas del imperio Angkor

Las seis horas de viaje en autobús con videos de karaoke Khmer a todo volumen definitivamente merecieron la pena. Siem Reap es una ciudad relativamente grande y bastante turística dada su proximidad a Angkor, la antigua capital del imperio Khmer, que vio su esplendor entre los años 802 y 1432 DC. A nuestra llegada, nos hicimos con unas buenas bicicletas, sombreros camboyanos y pases de tres días dispuestos a explorar la zona.

Día 1: Angkor Wat, Bayon y la ciudad de Angkor Thom

Como no podía ser de otra forma, nuestra excursión empezó en el gran templo de Angkor, Angkor Wat. Angkor Wat es el edificio religioso más grande que todavía se conserva y no es sólo su tamaño lo que sorprende: Angkor Wat es realmente espectacular. Nuestro primer encuentro con Angkor Wat fue de lo más agradable. Habiéndonos preparado para luchar contra las masas de turistas lo encontramos relativamente vacío y tranquilo, así que nos tomamos la mañana para explorarlo a gusto.

Durante la tarde exploramos la ciudad de Angkor Thom, un complejo amurallado de 10 Km cuadrados que en tiempos de su creador, el rey Jayavarman VII, llegó a albergar un millón de personas. Sus murallas, avenidas y edificios y en particular el enigmático Bayón con 54 torres y 216 caras que te miran desde todos los ángulos son impresionantes.

Habiendo recorrido los templos más emblemáticos de Angkor, dado el madrugón que nos habíamos metido y dadas las horas en bicicleta bajo un sol de justicia, caímos en la cama redondos….

Día 2: El gran tour de Angkor

El segundo día lo dedicamos a explorar templos y edificios más pequeños pero no menos espectaculares. El día se nos fue en recorrer el gran tour de Angkor, un recorrido de unos 30 Km a través de selva tropical y plagado de edificios, templos, estanques…. y muchos puestos de comida y recuerdos regentados por la población local. Es curioso contrastar los templos tan grandiosos con las casas en las que vive la población local, que probablemente no han cambiado mucho en el milenio transcurrido desde el esplendor del imperio Angkoriano.

Para finalizar el día nos sentamos a leer en una de las antiguas bibliotecas de Angkor Wat, desde donde observamos la puesta de sol sobre el templo…. ¡Todo muy bonito y tranquilo hasta que una tropa de hormigas decidió que no estábamos en el lugar apropiado!

Día 3: Más templos y algún que otro famoso

Con mucho cansancio acumulado y una cierta sobredosis de templos, el tercer día nos costó saltar de la cama pero aun así, a las diez de la mañana ya estábamos recorriendo nuevos templos y visitando de nuevo algunos de nuestros favoritos.

Para finalizar nuestra visita, decidimos buscar un lugar tranquilo dentro de Angkor Wat donde poder sentarnos, leer y ver pasar las horas contemplando el edificio sin que nos molestaran los turistas o las hormigas. Difícil en Angkor, pero al final encontramos lo que parecía el lugar perfecto, con buena sombra, una vista espectacular de las torres del templo y muy tranquilo…. ¿tranquilo? Bueno, hasta que un grupo de policías invadió la zona dando paso a la delegación del gobierno Vietnamita, de visita en la zona. Estábamos tan bien situados que el presidente de Vietnam, muy sonriente nos tendió la mano creando una situación absurda en la que Matthew, con libros en la mano le dijo al presidente: “disculpe, pero me faltan manos”. Ante la insistencia del señor presidente, y para no crear nuevo conflicto en la zona, Matthew terminó encontrando una mano libre.

Bueno, por fin de nuevo paz y tranquilidad…. pero sólo por unos minutos. ¿Quién nos interrumpe ahora? ¡Es el sultán de Brunei con su séquito! Quizá avisado por el presidente de Vietnam, el sultán decidió no tendernos la mano para evitar mayores conflictos….

¡Quizá no encontramos el lugar más tranquilo de Angkor Wat para pasar la tarde, pero decididamente fue el más entretenido!

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